viernes, 25 de marzo de 2011

Ascensión al Joar

El segundo fin de semana de Marzo daba por satisfecha una inquietud que tenía desde hacía mucho tiempo. La cadena formada por la sierra de Codés, la sierra de Cantabria, la de Toloño,... atrapaba mi mirada cada vez que la tenía a la vista. Y ese sábado cumplí un objetivo largamente perseguido: ascender el Joar (1.414 m).
Nos planteamos la ruta tarde y tarde llegábamos al punto de partida, con lo que no quisimos afrontar una dura prueba de resistencia sino más bien completar una ascensión atractiva y entretenida. Es por ello que decidimos salir desde el Santuario de Nuestra Señora de Codés.

Eran poco más de las 11:00 cuando dejábamos la furgo en el aparcamiento (a esas horas aún vacío) y empezábamos a poner nuestras pupilas en el objetivo que queríamos alcanzar. Las indicaciones al principio son claras (aunque varios paneles informativos aparecen completamente destrozados).

Ya desde el comienzo el camino se pone cuesta arriba amenazando con no dar ni un instante de tregua.

Durante gran parte del recorrido compartiremos los pasos con un GR y un PR, perfectamente señalizados en piedras y troncos.

Nos movemos en estos primeros cientos de metros por un bosque bastante tupido pero con un itinerario bien marcado. Avanzamos por un sendero suficientemente ancho por el que es imposible perderse.

Nosotros, sin embargo, elegimos en un momento dado desviarnos de la ruta más evidente para evitar el paso por la parte baja de la pedrera que vendría a continuación. La bifurcación está muy bien señalada por este hito.

Se trata de una senda más estrecha pero de muy corto recorrido. Enseguida se abre dejando entrever las paredes sobre las que nos encontraremos en un rato.

Empezamos a ver por donde deberemos guiar nuestros pasos...

mientras seguimos en un continuo ascenso cada vez más pronunciado.

Al poco tiempo nos encontramos frente a la pedrera que se ve desde el comienzo de la ruta y decidimos bordearla siguiendo el camino zigzageante que sube por su derecha. Puede ser menos entretenido pero desde luego menos cansado y menos peligroso.

Durante todo el trayecto no dejamos de cruzarnos con otros senderistas que, habiendo sido más madrugadores, hacen ya el camino de vuelta desde la cima.

Al llegar al collado entre La Plana y la Peña de los Cencerros, a una cota de unos 1.200 m, la nieve aparece ante nosotros en pequeños reductos.

Aunque la ruta transcurre en este punto por una pradera, el esfuerzo para seguir adelante sigue siendo importante. Ahora que ya nos hemos separado del GR en busca de la cima del Joar, cobra especial importancia seguir los hitos.

Nuevamente vuelve a cambiar el paisaje, siendo el que sigue quizá el más bonito y llamativo de todo el recorrido. Nos internamos en un bosque con suelo alfombrado de hojas anaranjadas y con corronchos de nieve bastante reciente.

En ciertos tramos la acumulación de nieve es bastante grande y tenemos que ir pisándola sin remedio.



Y casi sin darnos cuenta, al no tener referencia sobre la altitud a la que nos movemos, culminamos la ascensión al Joar al alcanzar su reconocido repetidor. Para dejar testimonio nos acercamos al vértice geodésico que marca el punto alto del monte.

Nos movimos por la meseta cimera disfrutando del paisaje y acercándonos a los elementos que allí se levantan: la cruz...

y el buzón.

Hacemos un descanso para comer contemplando el que podría haber sido un entretenido camino de bajada pero que dejamos para otra ocasión con más tiempo. Observamos con atención desde nuestro balcón las Dos Hermanas y el valle de los Penitentes.

Como nos damos cuenta de que no podemos quedarnos allí para siempre, nos ponemos en marcha cuesta abajo al cabo de 20 minutos. Pero en esta ocasión bajaremos por la cara Sur de la "arista" y por ésta misma.

Y con mayores o menores problemas acabamos volviendo a la zona de bosque pero ya en su parte más baja (y menos pesada para las piernas), teniendo de nuevo mucho cuidado en no dar un mal paso con la nieve.

Poco a poco deshacemos lo andado y vamos pasando por los mismos puntos que en la subida. Primero los prados que nos conducen hacia el collado,

... pasando frente a la Peña de los Cencerros,

... y superando la parte más empinada del descenso antes de volver a los senderos marcados y fáciles del comienzo de la ruta.

A la llegada por fin al Santuario de Codés, decidimos echarnos una bien merecida cerveza sentados en la terraza después de haber hecho nuestros estiramientos... acompañadas de algo dulce, que también nos lo hemos ganado.





Te puede interesar:
Información sobre el Santuario de Nuestra Señora de Codés = link
a la Turismo de Navarra.
¿Dónde comer? = En el propio santuario hay una hospedería.
¿Dónde dormir? = En el propio santuario hay una hospedería. Allí mismo hay un parking muy tranquilo y bastante nivelado, para dormir en la furgo o autocaravana.

DATOS DE LA RUTA
Distancia recorrida = 4,5 kilómetros.
Desnivel acumulado= 625 m.
Tiempo invertido = 2:45 (tiempo total).
Material = Ninguno (bastones recomendables).
Dificultad = Moderada, pendientes elevadas y pedreras.

Track GPS = No disponible.

domingo, 13 de marzo de 2011

Escalada en Anguiano 03/2011

Otro domingo que sacamos para escalar en Anguiano, en nuestro conocido sector El Molino, en el que pudimos tachar algunas vías nuevas, pudiendo catar hasta 6 diferentes eligiendo cada uno de los 4 que íbamos a cual darle y a cual no.
Empezamos, tras el café de rigor, por la parte más a la derecha de la pared, con la vía Patillas, un V, corta pero que nos puso firmes más por el frío y el viento que por otra cosa.

El encargado de empezar a escalar fue Hector, tocándome a mí quedarme en el otro extremo de la cuerda, lugar en el que se sentía el frío pese al sol que estaba dando.

La ruta sube casi íntegramente aprovechando el diedro, el cual mantiene signos evidentes del recorrido a efectuar.

La siguiente en probar fue Eva, a la que le gustó la vía pero no terminó de encontrarse cómoda.

Tania se estrenó en roca con esta vía y después le seguí yo, subiendo primero por el mismo itinerario y probando, acto seguido, K2, un 6a con el que comparte descuelgue (con lo que pude intentar en top-rope) y que tuve que acabar dejando por imposible.

En vista del viento que azotaba en esa cara de la pared, decidimos como lo más sensato acercarnos a la zona que tiene mayor concentración de rutas del sector. Allí, Eva se animó a probar nuevamente con Pachamamá, V+, que consiguió subir de primera hasta la 4ª chapa.

Hector se encargó de terminar de montar la vía y Tania pudo disfrutar un poco más en esta cara, menos ventosa y fría.

Yo preferí no subir y pasar directamente a Cueva Mori, un V+, que ya habíamos hecho en nuestro bautizo rocoso, pero que quería atacar de primero, lo cual hice bajo la atenta mirada de Eva asegurando.

El calor empezaba a ser sofocante y escalar sin camiseta casi una necesidad. La orientación de esta tapia es Sur y se nota en lo que se calienta incluso en invierno.

Pudimos marcar también la casilla de Pulgas en las cuevas, V+, con un inicio que nos hizo devanarnos los sesos en busca del movimiento clave.

Cuando quedó libre, y hubimos cogido fuerzas con algo de comida, nos pasamos a El Molino, V, que Eva quiso volver a probar de primera.

Yo fui el siguiente en escalar, luciendo el nuevo corte que tuve que hacer a los pantalones merced a un roto que resultaba incómodo en según qué movimientos.

Y Tania pudo disfrutar bastante en esta vía, más en su grado, en la que demostró haber cogido parte de la técnica necesaria para subir.

Con tiempo para poco más, Hector hizo la machada del día, subiendo el que sería el primer 6a del grupo, completando Caparrones con fundamento, a la par que el sol se iba metiendo tras los montes.

Como recompensa a otro gran día de escalada en Anguiano, degustamos unas cervezas bien fresquitas en el bar La Herradura antes de volver a casa con una sonrisa de oreja a oreja.

Te puede interesar:
Situación escuela de Anguiano =
link a Google Maps.
Info y croquis de la escuela = en el
bar La herradura, carretera LR-113 junto al aparcamiento, por 2€.

ESCUELA ESCALADA ANGUIANO
Nº sectores =
7.
Nº vías = 113.
Grados =
del V al 7c.
Material =
normal para deportiva.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Repitiendo en Anguiano

Aprovechando los fines de semana que el tiempo se estabiliza y se presentan un poco más calentitos, tuvimos de nuevo la posibilidad de acercarnos a escalar en Anguiano. Conocemos la ubicación de los sectores y nos supone muy poco tiempo de acercamiento, el cual queríamos reducir al mínimo ya que íbamos a llegar tarde a la pared.
Como Eva y yo ya habíamos estado en la última visita (así lo contamos en JonyMao Travel) pero Hector no, le dejamos a él que comenzase el día en El Molino, V.

Comenzó con calma por el fresco y por los nervios de la primera trepada del día, intentando hacer los movimientos de forma controlada y con paciencia.

Pero al poco se empezó a encontrar bien y fue cogiendo soltura para ganar metros con más rapidez.

Acabó la vía en pocos minutos y nos cedió el turno para que, primero Eva y luego yo, pudiésemos calentar debidamente.
Pasamos a otra vía ya conocida por nosotros, Pachamama, V+, que fue la bestia negra de Eva en nuestra primera incursión a la escuela de Anguiano (así fue). Quizá por esto, fue ella la encargada de darle el primer intento, de forma absolutamente voluntaria. Se enfrentaba en los primeros metros de la vía, al paso que le había hecho desistir en aquella ocasión.

No sin dificultades y tras poner mucho empeño, consiguió sacar no solo ese sino los siguientes pasos. Se trata de una barriga que hace la pared mientras estás apoyado en una pequeña repisa, en la que es difícil agarrar nada en condiciones.

Peleó hasta la tercera chapa pero la energía invertida en el inicio de la ruta le hizo mella y en este punto decidió bajarse y ceder el turno.

Como Hector ya le había dado de primero, me dejó probar a mi, que no puse objeción alguna...

...y siguió haciendo de asegurador para que Eva tomase un pequeño reposo antes de volver a trepar.

A mitad de vía me encontré con un paso que se me atravesó un poco. Aunque ya había escalado en top-rope cuando estuvimos la primera vez en este sector, hacerlo de primero es otro cantar. Me vi obligado incluso de agarrar la cinta para poder ganar un poco de altura.

De esta forma conseguía una posición mejor para superar el punto comprometido.

Poco después alcanzaba el descuelgue y me bajaban para poder escalar la vía los demás. Primero Hector, al que vemos justo después del paso clave inicial...

... y, acto seguido, Eva se volvía a calzar y completaba perfectamente la ruta con el pequeño aporte de seguridad y confianza que da ver la cuerda por encima.

En un tic-tac llegaba a las chapas de arriba con mucha gracia y salero.

Después de esto, pasada ya la hora de comer, hicimos un breve descanso para llenar el estómago. El hambre pasaba factura y estaba haciendo que alguno de nosotros fuese perdiendo las fuerzas a pasos agigantados (no he dado nombre, ¡eh Hector!).
Volvimos un poco más a la derecha, a hacer una vía que acababan de desocupar y que Eva tenía en la mente desde la última visita. Se trata de Los Molineros, V+, con un inicio inclinado, que más allá de la mitad se hace vertical y que se complica bastante en las 2 última chapas.

Eva se encargó de montar hasta algo más de la mitad, bajándose en un punto en el que se quedó sin recursos y falta de fuerzas ya.
Nuevamente me cedía la vez y me encaramaba a la pared a estudiar la solución posible para ese paso que se le había resistido.

Conseguí chapar un par de seguros más, resolviendo el punto en el que Eva se había bajado, aunque no conseguiría llegar mucho más arriba.

El último tramo, con cierto desplome y agarres bastante más difíciles que hasta ese punto, se me cruzó completamente. Lo intenté de todos los modos que se me ocurrían, pero el factor miedo me hacía recular en todas las ocasiones.
En vista de la situación, me hice elegantemente a un lado dejándole a Hector el compromiso de solventar la papeleta de no vernos en la obligación de dejar material allí colgado.

En nada había alcanzado la penúltima chapa y se enfrentaba a los dos pasos clave en el recorrido hasta el descuelgue. Resolvió el primero con un agarre invertido y colocó la cinta expres como pudo, para poder enfrentarse al último examen de la vía que atacaría de una forma similar.

Habiendo solucionado este problema el camino se presentaba ya bastante asequible y colgó la cuerda sufriendo pero con aplomo y seguridad.

Yo no me resistí a la tentación de completar la vía aunque fuera en top-rope y, antes de que empezásemos a recoger, volví a subir haciéndome con la vía, tras un buen rato de forzar y sufrir mucho.

Cerrábamos así otro buen finde de escalada en Anguiano, con 3 vías en el zurrón, aunque solo una de ellas nueva. Como siempre marchándonos con ganas de volver cuanto antes.

Te puede interesar:
Situación escuela de Anguiano =
link a Google Maps.
Info y croquis de la escuela = en el
bar La herradura, carretera LR-113 junto al aparcamiento, por 2€.

ESCUELA ESCALADA ANGUIANO
Nº sectores =
7.
Nº vías = 113.
Grados =
del V al 7c.
Material =
normal para deportiva.